Mundos íntimos. Mi abuela había perdido la memoria. Pero sé que detrás de sus olvidos, se escondía siempre la alegría de verme.

Compartir

Preguntas reiteradas. Las mismas ideas podían ser dichas -y respondidas- una y otra vez pero con un tono amoroso y junto a una caricia, como si la solidez del vínculo fuera indeleble.

Related posts

Leave a Comment